Metropolità

La ciudad se despierta lentamente pero el TMB ni siquiera se ha ido a dormir. La gente empieza a llegar a las estaciones del metro y las paradas de los autobuses. Todos tienen un destino, un horario. El hormigueo de los vestíbulos y el andén se convierte en un constante. Hay quien camina con prisas. Hay una persona invidente que lleva en una mano a su hija y en la otra un perro guía. Un conductor de autobús del barrio tiene una conversación con uno de sus usuarios sobre lo divino y lo humano. Su autobús se convierte cada mañana en un espacio social de conversación y relaciones humanas, allí se habla de todo. Política, sexo o de la vida diaria. Una pareja conduce cada uno su tren, pero en el momento de cruzarse en uno de los túneles su mirada cómplice delata su relación. En el bus turístico suben los que han venido de lejos a animar a su equipo. También vemos a gente con las camisetas del equipo local que, preparados para el encuentro ya pasean mostrando sus colores. La ciudad trabaja. La ciudad se mueve. Dos revisores controlan que nadie ha subido al autobús sin validar su billete. Mientras tanto, una avería en el autobús de la calle pone en marcha todo un operativo de mantenimiento. En el Centro de Control del Metro empiezan a planear el protocolo a seguir durante el partido de fútbol de esa noche. En el Centro de Control de Autobuses todos se preparan para hacer frente a las diferentes rúas del carnaval que se esparcen por toda la ciudad durante la tarde. Las estaciones de metro y paradas de autobuses empiezan a llenarse. Ahora la gente vuelve al trabajo, después de un día agotador. Unos se dirigen a su casa, otros al partido de fútbol, otros al carnaval. Ahora los centros de control están en plena ebullición. Y en la calle, el estrepitoso carnaval, y a la aglomeración de personas a la estación más cercana al “Camp Nou” pone a prueba todo el protocolo establecido. Y bajo tierra, una vez acabado el servicio regular, en la oscuridad de un túnel, un guardavías joven y un ex veterano hablan mientras revisan el estado de los carriles. Una nueva avería desencadena todo un seguido de operaciones de mantenimiento en el metro. Todo ha de estar listo antes de las cinco. Suena un despertador. Una pareja se despierta, desayunan, y salen de casa con el uniforme de TMB. El día vuelve a empezar.

Dirección: Albert Solé
Ayudante de Dirección: Wilson Osorio
Directores de Producción: José Huedo y Cristina López
Directores de Fotografía: Raúl Cuevas y Hans Hansen
Montaje: Hans Hansen
Sonido: Marc Casademunt
Música: David Giró