Quico Sabaté, sin destino

Sabaté vive en Francia exiliado pero desde que terminó la guerra civil, nunca ha dejado de hacer incursiones en España para intentar derribar el fascismo mediante el único método que conoce y que considera efectivo: la acción directa. La Navidad de 1959, Sabaté tiene cuarenta y cuatro años, está enfermo, cansado y deprimido. Sus compañeros de lucha han muerto todos y también sus hermanos, lo que pesa sobre su conciencia. Sin embargo, no puede abandonar la causa y desobedeciendo todos los consejos, decide bajar a España, cruzando la frontera a pie, como siempre ha hecho, y recorriendo bosques y montañas contando con la ayuda de los agricultores que viven en caseríos aislados que siempre lo han acogido, comulgando como lo hacen con la lucha antifranquista.
Viaja con cuatro chicos que, aunque no son cien por cien debutantes (menos en el caso de Martín que sí lo es), tienen un desconocimiento en cuanto este tipo de misiones. Sabaté, que siempre se ha caracterizado por ser astuto y estratega, lo que le ha hecho sobrevivir quince años en la persecución incesante de la policía, no tarda en ver que las cosas en España han cambiado, que la gente no está dispuesta a ayudarle siempre y que la policía va un paso por delante.
Eduardo Quintela, antiguo jefe de la Brigada Político Social de Barcelona ya retirado, y enemigo personal de Sabaté, baja expresamente desde Galicia cuando le comunican que Sabaté ha roto su confinamiento en Francia y que es posible que cruce la frontera. Quintela, junto con uno de los hermanos Creix, lideran una operación que tiene como objetivo encontrar al grupo de Sabaté y terminar, de una vez por todas, con el enemigo público número uno, tal y como lo llama el régimen. De los últimos hombres incómodos que les quedan por liquidar.
Así, el grupo, a pesar de las precauciones, no tarda en toparse con la Guardia Civil en el Casot de Falgars en la Alta Garrotxa, dando inicio a una carrera a contrarreloj, unos para huir de la policía y llegar a Barcelona, ​​los demás para atraparlos. Sorprendentemente, a todo un despliegue de fuerzas del orden, les cuesta seis días de navidad (del 30 al 5 de enero) poder atrapar a Sabaté y quizás quien sabe, como Jesse James, si al final se ha dejado atrapar.
El viaje, que se construye como una road-movie con aroma de wéstern, pone de manifiesto los miedos de los cuatro personajes y de Sabaté, su pasado, sus remordimientos y las preguntas en torno a la causa, de la violencia, destapando los fantasmas de todos los personajes en una aventura sin tregua donde ambos bandos demuestran ser un buen adversario. A pesar de todo, es una lucha desigual que termina desfavorablemente por los protagonistas que encuentran trágicamente la muerte. En algún rincón de su ser sabían que lo que emprendían era un camino sin retorno.

Dirección: Sílvia Quer
Guión: Mireia Llinàs
Productor: Albert Solé